Consejos de moda: Tipos de cuello en camisas para hombre
En un principio, esta pieza se utilizaba para
proteger la garganta, pero esta práctica ha ido cayendo en desuso, salvo en las
prendas de abrigo y ahora ha pasado a ser un ornamento con una mera función
estética.
Sin embargo, no podemos obviar su funcionalidad,
puesto que dependiendo del corte y del estilo que utilicemos, podemos enmarcar
nuestro rostro y conseguir uno efecto u otro.
↑ Cuello americano. Nos dará esbeltez y volumen.
↑ Cuello inglés. Nos dará esbeltez y también altura.
↑ Cuello italiano. Nos dará amplitud
↑ Cuello francés. Nos dará esbeltez.
Aquellos que cuenten con una cara estrecha (David Beckham)
deben evitar los cuellos con las puntas muy cerradas, puesto que le harán
parecer aún más delgado. Para contrarrestar este efecto, nada mejor que un
cuello con una apertura ancha, por ejemplo, el italiano o el cutaway.
Cuellos y tipos de caras
Una vez que ya conocemos los tipos de cuello y unos gustan
más que otros, surgen las eternas dudas: ¿Cuál elijo? ¿Cuál se lleva? En primer lugar, debemos tener en cuenta que
existe un estilo para cada tipo de rostro y, en segundo lugar, no debemos ser
esclavos de las tendencias, sino adaptarlas a lo que mejor nos siente.
Rostro delgado vs. Rostro redondo
En el caso contrario, el rostro redondo (Cayetano Rivera),
se prestan a él los cuellos más estrechos, como el inglés, y lo desfavorecen
los extendidos.
Cabeza grande vs. Cabeza pequeña
Otro aspecto a tener en cuenta es el contorno de la cabeza.
Aquellos que cuenten con uncontorno más amplio (Al Gore), deben apostar por los
cuellos con las palas separadas y una amplia abertura, como el italiano. Para
los que quieran conseguir el efecto de aumentarlo (Hugh Jackman), su cuello
perfecto será un inglés con una apertura media, ni muy cerrada ni muy amplia.
Cuello largo vs. Cuello corto
Por último, debemos fijarnos en la extensión del cuello. Si
es largo (Andrew Garfield), controla las proporciones con un cuello bastante
amplio (cutaway o italiano). Huye del corte inglés, perfecto para los que
quieran alargar su cuello (Alec Baldwin).
Curiosidades
- A finales del XIX, ya se registró en Inglaterra la primera camisa abotonada. Sin embargo, dadas las condiciones de vida e higiene de aquellos años, sólo los aristócratas y personalidades bien posicionadas podían permitirse el lujo de lavar a menudo su camisa y mantenerla blanca y limpia. Por ello, surgió el cuello de quita y pon, complemento que, en la actualidad, ha pasado a ser una curiosidad más que una opción a elegir. Era utilizado por los dandy’s a finales del siglo XIX y principios del XX. Intercambiando únicamente la parte más visible de la camisa, conseguían una imagen de limpieza y pulcritud.
- Hoy en día tampoco estamos exentos de curiosidades. Los japoneses, a los que muchos ven como futura potencia del fashion system, han comenzado a pasear su nueva invención por las principales capitales de la moda y a convertirla en tendencia. Su particularidad es elevar el extremo de la pala del cuello sujetándolo con la solapa de la americana, creando un efecto diferente. The Sartorialist ya lo ha retratado.
- Tanta ha sido la obsesión por conseguir el cuello perfecto que incluso el escritor Han Christian Andersen, creador de historias como “El Patito Feo” o “La Sirenita”, le dedicó uno de sus cuentos.
- A finales del XIX, ya se registró en Inglaterra la primera camisa abotonada. Sin embargo, dadas las condiciones de vida e higiene de aquellos años, sólo los aristócratas y personalidades bien posicionadas podían permitirse el lujo de lavar a menudo su camisa y mantenerla blanca y limpia.
Por ello, surgió el cuello de quita y pon, complemento que, en la actualidad, ha pasado a ser una curiosidad más que una opción a elegir. Era utilizado por los dandy’s a finales del siglo XIX y principios del XX. Intercambiando únicamente la parte más visible de la camisa, conseguían una imagen de limpieza y pulcritud.
- Tanta ha sido la obsesión por conseguir el cuello perfecto que incluso el escritor Han Christian Andersen, creador de historias como “El Patito Feo” o “La Sirenita”, le dedicó uno de sus cuentos.
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