Mejora la piel de tu rostro con yogurt natural
Es uno de los más grandes secretos de belleza de las
abuelas, se consigue en cualquier supermercado o abasto, está al alcance de
todos, por el uso que se le va a dar rinde muchísimo y los beneficios que trae
son incontables… aunque aquí sí los vamos a contar.
Úsalo todos los días o día por medio en las noches durante
unos 15 o 20 minutos antes de dormir o de algún evento importante y prepárate para notar una mejoría en tu
piel sin derrochar dinero en cremas y tratamientos cosméticos.
Recuerda que debe ser natural, no con frutillas, gelatina ni
sabores agregados.
BENEFICIOS
1. Ayuda a reducir el acné: Las propiedades antibacterianas
del yogurt ayudan a actuar directamente contra las bacterias en tu piel
responsables de causar el brote de esos granos típicos del acné.
2. Suaviza la piel: El ácido láctico contenido en el yogurt es
ideal para aliviar la irritación de la piel causada por el sol, los brotes de
acné, alergias y factores ambiéntales, eliminando esas áreas rojizas.
3. Retrasa el envejecimiento: Aunque sabemos que el
envejecimiento de la piel es un proceso natural de nuestro cuerpo, hay maneras
en que podemos reducir el efecto del paso del tiempo en nuestro rostro. El
ácido láctico del yogurt ayuda a retirar los restos de piel muerta y opaca
dejando libre los poros y una capa de piel más fresca.
4. Alivia las quemaduras del sol: Cuando notamos que nuestro
rostro presenta enrojecimiento por una sobreexposición al sol, se puede aplicar
yogurt para que la piel retenga la humedad natural. El zinc del yogurt actúa
como un ingrediente directo en el alivio de la quemadura de sol. También se puede
usar en cualquier otra parte del cuerpo.
5. Reduce la piel grasa: Gracias a todo lo mencionado
anteriormente, otro de los beneficios del yogurt es que ayuda a controlar el
exceso de grasa en la piel. No modifica este tipo de piel pero con su uso
prolongado notarás que esos brillos molestos poco a poco se reducen.
6. Exfoliante natural: Lo puedes mezclar con un poco de
avena, azúcar refinada y/o miel. La mezcla resultante te servirá como
exfoliante para usarlo una vez a la semana o cada dos semanas. Si no tienes la
piel muy brotada no la frotes muy duro.
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